14 de mayo de 2007

Epica en el ND/Ateneo, 30.04.2007

El lunes 30 de abril fue el segundo concierto que los holandeses Epica dieron en Buenos Aires. El anterior fue el 14 de diciembre de 2005 y el motivo fue la presentación de su segundo álbum Consign to Oblivion.

Esta vez se trató de un show promocional que además sirvió para recolectar alimentos para Manos por Hermanos, una asociación civil de asistencia a la infancia. Por eso, había que llevar un kilo de alimentos no perecederos aparte de la entrada.

Cuando llegué la fila tendría unos sesenta metros de largo. Al rato pasó la gente de seguridad pidiendo que lleváramos el alimento en la mano. Allí fue que varios salieron corriendo a comprar algo (cualquier cosa). Vale recordar que en la entrada se aclaraba esta cuestión del alimento. Pero bueno, la gente puede olvidarse. Sin embargo, luego del aviso las dos personas que estaban delante de mí empezaron a hablar del tema y a quejarse de que si era un show solidario "cómo iban a cobrarte $XX la entrada" o que deberían "incluirte en la entrada el precio del alimento". Gente miserable hay en todos lados...

Entré a la sala y poco después, a eso de las 20.30, comenzó el número soporte: The Unborn. En general el papel de telonero suele ser difícil de cumplir, y en este caso la banda no me satisfizo. La formación era la clásica del sexteto de metal "gótico": vocalista femenina, guitarrista/grunter, guitarrista, bajista, tecladista y baterista. La cantante no era para nada mala, pero hay algo que observé en varias las bandas locales más nuevas del estilo, y aquí también: la falta de "divismo" en escena. Luego de haber visto en vivo a Anneke van Giersbergen, Floor Jansen o Simone Simons, todas vocalistas que "se roban el show", llama la atención ver a otras que parecen no sentirse seguras de qué están haciendo allí arriba. Por supuesto, hay una cuestión de horas de vuelo y oficio, pero no por eso deja de llamar la atención.

Por otra parte, era gracioso ver al guitarrista/grunter (que no cantaba mal, vale decirlo). Imaginate a Tony Levin tocando la guitarra, pero disfrazado de metalero medieval: muñequeras anchas de cuero con tachas, con correa de la guitarra del mismo estilo, pantalones de cuero y chaleco... ¡de cota de malla!. Otro detalle curioso fue ver a un bajista de una banda de metal tocando con un Alembic, algo realmente raro. Musicalmente, como dije, la banda no me gustó pero repuntó en forma con el cover final: "Ice Queen" de Within Temptation.

A las 21.30 más o menos subió Epica al escenario. La formación fue la misma de la otra vez salvo por el baterista. La banda estaba de muy buen humor y el público también.

Los temas que tocaron fueron:

Indigo (intro), The Last Crusade, Sensorium, Quietus, Cry for the Moon, The Obsessive Devotion (*), Linger, Blank Infinity, Menace of Vanity (*), Seif al Din, Façade of Reality, Never Enough (*), The Phantom Agony, Crystal Mountain (cover de Death) y Consign to Oblivion.

La banda dio un muy buen show, con el agregado del estreno de tres temas del nuevo álbum (los marcados *) que sonaron bien, aunque nunca me resultó lo mismo conocer un tema en vivo por primera que tenerlo "predigerido" a través de las escuchas de un CD.

Las actuaciones individuales fueron también muy buenas. Simone Simons sonó muy bien. A diferencia de la otra vez, en este concierto no hubo (o estaban muy bajos en la mezcla) los coros de las grabaciones originales, de modo que se destacaba más el rol de la pelirroja. El magnetismo que genera en escena y su carisma (más allá de no tener esa simpatía de van Giersbergen) y atractivo siguen intactos.

El guitarrista/grunter/screamer Mark Jansen fue quien más contacto tuvo con el público y como la otra vez se lo veía muy feliz a la hora de tocar. El belga Yves Huts cumplió muy bien su papel en el bajo y al verlo se pudo apreciar que su trabajo va algo más allá de marcar la tónica. En la guitarra se destacó Ad Sluijter y brilló en 'Crystal Mountain'. El tecladista Coen Janssen es todo un showman desde su puesto. El baterista (que no fue presentado) resultó ser muy bueno (y superior a Jeroen Simons, quien dejó la banda hace un tiempo).

En suma, se trató de un muy ben espectáculo que abre aún más expectativas para su anunciado regreso más adelante en el año, ya con álbum nuevo para presentar.